Arquitecto Andrés de Vandelvira: el maestro renacentista que esculpió la identidad de Jaén

Como jienense apasionado por el patrimonio de mi tierra, siempre he sentido una profunda admiración por el arquitecto Andrés de Vandelvira. Sus creaciones renacentistas definen la identidad monumental de nuestra provincia y constituyen un tesoro artístico de valor incalculable. Cada vez que contemplo su obra maestra, la Catedral de Jaén, o paseo por las calles de Úbeda y Baeza admirando sus edificios, experimento la misma sensación de asombro ante la genialidad de este maestro cantero que transformó para siempre el paisaje urbano de nuestra tierra. A través de este artículo, te invito a descubrir conmigo la vida y obra de uno de los mayores arquitectos del Renacimiento español, cuyo legado sigue maravillando a visitantes de todo el mundo.

Los orígenes y formación de un genio

Andrés de Vandelvira nació en Alcaraz, Albacete, alrededor de 1505, en el seno de una familia vinculada al trabajo de la piedra. Durante mucho tiempo se creyó que era hijo del también arquitecto Pedro de Vandelvira, pero investigaciones recientes han demostrado que esto fue un error histórico, producto de una confusión del autor Martín Jimena Jurado, quien cambió el nombre de Andrés por el de Pedro.

El origen de su apellido ha sido objeto de diversas teorías. Algunos historiadores sugieren una ascendencia flamenca ("Van der"), mientras que otros defienden un origen más castizo ("Juan el de Elvira"). Lo cierto es que el apellido Vandelvira estaba arraigado en Alcaraz desde el siglo XV, aunque no era común fuera de esta localidad. En diferentes documentos y en su propio testamento aparece como "Vandaelvira", aunque también era conocido como "Valdelvira". Finalmente, su apellido se consolidó como Vandelvira en el siglo XVII.

La formación inicial de Vandelvira se desarrolló en su ciudad natal, donde comenzó a trabajar como cantero con apenas 18 años. Estos primeros pasos profesionales incluyeron modestos trabajos en el convento de San Francisco y la Iglesia de San Ignacio de Alcaraz. Sin embargo, el verdadero punto de inflexión en su formación llegó con su participación en las obras del Convento de Uclés, iniciadas por Francisco de Luna en 1529.

Este trabajo en Uclés resultó fundamental para el joven Vandelvira, pues allí entró en contacto con el estilo renacentista "plateresco", caracterizado por sus elaboradas ornamentaciones. Además, este proyecto le permitió establecer una relación personal y profesional con Francisco de Luna, maestro cantero experimentado de quien no solo aprendería técnicas y estilos, sino que llegaría a convertirse en su yerno al casarse con su hija Luisa de Luna.

Con tan solo 21 años, Vandelvira ya estaba realizando diversas obras cerca de su ciudad natal, incluyendo trabajos en el Castillo de Uclés. Su temprana habilidad y el dominio de su oficio no pasaron desapercibidos, y en 1531 se le encargó la construcción del alhorí (granero público) en Alcaraz, una obra que aún hoy se mantiene como testimonio de sus primeros trabajos y que se conoce como la Puerta del Alhorí.

La llegada a tierras jienenses: el comienzo de una brillante carrera

El establecimiento de Vandelvira en la provincia de Jaén marcó el inicio de su etapa más prolífica y brillante como arquitecto. Llegó a esta tierra en los primeros años de la década de 1530, procedente de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), donde había estado trabajando junto a su suegro en la iglesia parroquial.

Su entrada en el antiguo Reino de Jaén se produjo por los dominios que la Orden de Santiago tenía en la Sierra de Segura, acompañando a su suegro Francisco de Luna, quien era maestro de obras de confianza de esta poderosa orden militar. Ambos realizaron una visita a las iglesias de la zona, incluyendo las de Hornos, Segura de la Sierra y Orcera.

Poco después, Vandelvira decidió establecerse en Villacarrillo, donde trabajó en el monumental templo parroquial que se iniciaba en aquella época. Esta iglesia de Nuestra Señora de la Asunción fue una de sus primeras grandes obras en la provincia de Jaén y consta de tres naves divididas por cinco columnas corintias por banda. Además, diseñó el retablo mayor y los colaterales de este templo. En Villacarrillo también construyó el palacio de los Millán Valderrama, donde llegó a residir durante algún tiempo.

El verdadero punto de inflexión en su carrera llegó con la adjudicación de la obra de la Sacra Capilla de El Salvador para el secretario imperial Francisco de los Cobos en Úbeda en 1536. Aunque el proyecto inicial era de Diego de Siloé, Vandelvira se encargó de su realización, lo que lo vinculó de forma continuada y estable con la provincia de Jaén mediante una serie de encargos de obra civil y religiosa que se sucedieron en progresivo aumento y ya con plena autoría de diseño.

La gran calidad y estilo de sus obras le permitieron ganarse un hueco entre los mejores arquitectos de la época, lo que hizo que los nobles de la zona solicitaran sus servicios para numerosos proyectos y palacios. Así comenzó un periodo de gran esplendor para la ciudad de Úbeda, que pronto se extendería a Baeza y, posteriormente, a la ciudad de Jaén.

El mecenazgo: clave del éxito de Vandelvira

Un factor determinante en la trayectoria profesional de Andrés de Vandelvira fue el apoyo de importantes mecenas que le proporcionaron la oportunidad de desarrollar su talento a través de ambiciosos proyectos arquitectónicos. Entre ellos, destaca especialmente Francisco de los Cobos, secretario del emperador Carlos V, quien planeaba transformar su ciudad natal, Úbeda, en un centro renacentista de primer orden.

Francisco de los Cobos y Molina, perteneciente a la influyente familia Molina, confió en el talento de Vandelvira para materializar su visión de una Úbeda renovada según los cánones renacentistas. El encargo más significativo fue, sin duda, la Sacra Capilla del Salvador, concebida como panteón anexo a su palacio. Esta capilla funeraria, adjudicada a Vandelvira en 1536 sobre un proyecto inicial de Diego de Siloé, se convertiría en la empresa más ambiciosa de toda la arquitectura religiosa privada del Renacimiento español.

Otro mecenas importante fue la propia Iglesia, a través de la Diócesis de Jaén, que le nombró maestro mayor de la catedral y de la diócesis en 1553. Este nombramiento llegó después de que fuera llamado a consulta en 1548, junto a Pedro Machuca y Jerónimo Quijano, para decidir cómo proseguir la obra de la nueva Catedral de Jaén.

También encontramos como promotores de su obra a nobles relacionados con la familia Molina, que quedaron impresionados con la calidad y belleza de sus trabajos y le solicitaron numerosos proyectos. Asimismo, la Orden de Santiago, para la que su suegro Francisco de Luna trabajaba como maestro de obras de confianza, desempeñó un papel crucial en su carrera, involucrándole en varios proyectos en la Sierra de Segura.

Este sistema de mecenazgo permitió a Vandelvira desarrollar una intensa actividad constructiva que abarcó edificios civiles, religiosos y militares, y que transformó de manera definitiva el paisaje urbano de numerosas localidades jienenses.

La Sacra Capilla del Salvador: la obra que lo consagró

La Sacra Capilla del Salvador del Mundo en Úbeda representa uno de los hitos fundamentales en la carrera de Andrés de Vandelvira y constituye una de las joyas más preciadas del Renacimiento español. Mandada construir en 1536 por Francisco de los Cobos, formaba parte de un extenso programa artístico que incluía también su Palacio, una Universidad y un Hospital, y estaba destinado a ensalzar la fama, la fortuna y la gloria personal que había alcanzado el secretario personal de Carlos V.

Aunque el proyecto inicial fue encargado al burgalés Diego de Siloé, la realización corrió a cargo de Vandelvira a partir de 1540, quien imprimió su sello personal a la construcción. El templo fue finalmente consagrado en 1559, y su primer capellán fue el Deán Ortega, para quien se construyó el gran palacio ubicado a la izquierda de la fachada principal de la capilla.

La importancia de esta obra radica en varios aspectos. Por un lado, supuso la consagración definitiva de Vandelvira como arquitecto de primer nivel. Por otro, constituye una muestra excepcional de la arquitectura religiosa privada del Renacimiento español, hasta el punto de que fue declarada monumento histórico-artístico en 1931 y, junto con el conjunto monumental renacentista de Úbeda y Baeza, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2003.

Arquitectónicamente, la Sacra Capilla del Salvador destaca por la unión magistral de una nave longitudinal y una rotonda o capilla mayor, siguiendo el modelo de la catedral de Granada. Esta unión se logra mediante un gran arco toral y a través del ritmo alterno marcado por doce semicolumnas corintias de orden gigante sobre pedestales, seis en la nave longitudinal y seis en la rotonda, manteniendo un posible simbolismo del número doce. El orden corintio, además, adquirió en el Renacimiento un significado resurreccional y triunfal.

En el exterior, la capilla cuenta con una sola torre rematada en forma de cebolla, al estilo centroeuropeo. Su portada plateresca, cuya profusa labra es obra de Esteban Jamete, ha sido especialmente admirada, sobre todo por la forma en que destacan sus tonos dorados con la luz del sol poniente. En esta fachada principal se representan los escudos de los Cobos (cinco leones rampantes sostenidos por majestuosos atlantes) y los Mendoza (por María Hurtado de Mendoza, esposa del patrocinador).

La puerta principal, planteada como arco de Triunfo, tiene representados en el intradós una serie de dioses clásicos: Eolo, Neptuno, Vulcano, Anteo, Diana, Mercurio, Venus, Febo, Marte, Júpiter y Saturno. El friso está decorado con escenas del Éxodo, mientras que en el segundo cuerpo aparecen referencias a los trabajos de Hércules, y en el punto central un relieve de la Transfiguración de Jesús en el Monte Tabor, estableciendo así un paralelismo entre las figuras de Hércules y Jesús.

La sacristía del Salvador, realizada en 1540, marcó un punto de inflexión en el estilo de Vandelvira, quien incorporó el clasicismo renacentista y técnicas innovadoras. Esta evolución estilística se apreciaría posteriormente en otras obras del arquitecto, consolidando un lenguaje propio que caracterizaría toda su producción posterior.

Siempre que tengo la oportunidad de visitar Úbeda, me detengo a contemplar esta maravilla arquitectónica, y recomiendo a cualquier visitante que se tome su tiempo para apreciar los detalles de esta joya renacentista que refleja la genialidad de su autor.

La catedral de Jaén: su obra maestra

Si la Sacra Capilla del Salvador supuso la consagración de Vandelvira como arquitecto, la Catedral de Jaén representa la culminación de su genio creativo y es considerada, por consenso, su obra maestra. En 1548, Andrés de Vandelvira fue llamado a consulta, junto a Pedro Machuca y Jerónimo Quijano, para decidir cómo proseguir la obra de la nueva Catedral de Jaén a instancias del cabildo catedralicio. Pocos años después, en 1553, sería nombrado maestro mayor de la catedral y de la diócesis, lo que le permitiría proyectar esta pieza excelsa del Renacimiento español.

La Catedral de Jaén es una de las obras más destacadas del Renacimiento en Andalucía Oriental. Su fábrica es el resultado de un complejo proceso constructivo que se caracteriza por la armonía y la proporción de su conjunto y por la excelente estereotomía de su arquitectura. Aunque su edificación fue iniciada por Vandelvira en el siglo XVI, se prolongó durante casi cuatro siglos, influyendo directamente en el desarrollo urbanístico de la ciudad. A pesar de este dilatado período de tiempo, todas las fases constructivas de este "relicario pétreo" que custodia el Santo Rostro siguieron fielmente la unidad estilística del proyecto original.

El origen del templo se remonta al año 1246, cuando el rey Fernando III "el Santo" conquistó la ciudad de Jaén. Posteriormente, el obispo de Córdoba, D. Gutierre, inició el proceso de conversión y consagración del templo bajo la advocación de la Asunción de María en el lugar en el que se localizaba la antigua mezquita aljama. Durante la segunda mitad del siglo XIV, la primitiva catedral quedó devastada a causa de una incursión musulmana, y tras varios intentos fallidos de reconstrucción, en 1492 el obispo Luis Osorio ordenó derribarla por su estado ruinoso.

La intervención de Vandelvira como maestro mayor marcó un antes y un después en la historia del edificio. Bajo su dirección, se definió el diseño general que, adaptándose a las estructuras previas, daría lugar a un templo monumental, síntesis perfecta del ideal renacentista.

La catedral se organiza en tres naves, siendo la central más ancha y alta, con capillas entre los contrafuertes. El crucero se cubre con una gran cúpula, y el presbiterio tiene forma semicircular. La sacristía, obra personal de Vandelvira, es considerada una de las joyas del conjunto. El exterior presenta una monumentalidad serena, con una magnífica fachada principal proyectada por Eufrasio López de Rojas en el siglo XVII, que respeta el espíritu del diseño original de Vandelvira.

Lo más destacable de esta catedral es la perfecta integración de los elementos arquitectónicos y la claridad estructural, rasgos característicos del Renacimiento. La luminosidad interior, lograda mediante grandes ventanales, contrasta con la sobriedad exterior, creando un espacio de gran espiritualidad que invita a la contemplación y al recogimiento.

Como jienense, puedo afirmar que no hay experiencia más emocionante que entrar en la catedral y alzar la vista hacia sus magníficas bóvedas vaídas, auténtico alarde técnico que demuestra el genio de Vandelvira. Es un espacio que siempre recomiendo visitar con calma, dedicando especial atención a la sacristía, donde el arquitecto desplegó toda su maestría.

Como dato curioso, la Catedral de Jaén sirvió de modelo para numerosas catedrales hispanoamericanas, especialmente en México y Colombia, extendiendo así la influencia de Vandelvira al otro lado del Atlántico.

Úbeda y Baeza: el esplendor del Renacimiento vandelviriano

Las ciudades de Úbeda y Baeza constituyen el epicentro del legado arquitectónico de Andrés de Vandelvira y han sido reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO precisamente por la excepcional calidad y conservación de sus conjuntos monumentales renacentistas. En estas localidades, separadas por apenas 9 kilómetros, Vandelvira desplegó todo su genio creativo, transformándolas en auténticos museos al aire libre del Renacimiento español.

En Úbeda, además de la ya mencionada Sacra Capilla del Salvador, Vandelvira dejó impreso su sello en otros edificios emblemáticos. Uno de los más destacados es el Hospital de Santiago, considerada una de sus últimas obras, en la que muestra una gran pureza de estilo. Este imponente edificio, concebido originalmente como hospital y actualmente reconvertido en centro cultural, sorprende por la armonía de sus proporciones y la sobriedad de su decoración, características del estilo maduro del arquitecto.

También en Úbeda podemos admirar su participación en numerosos palacios y casas señoriales que configuran la fisonomía actual de la ciudad, especialmente en torno a la emblemática Plaza Vázquez de Molina, uno de los conjuntos renacentistas más asombrosos de nuestro país. Este espacio urbano, el más extenso y despejado de toda la retícula urbana en el corazón arqueológico, histórico y arquitectónico de la ciudad, se articula en torno a un eje este-oeste de axialidad longitudinal presidido por la Sacra Capilla del Salvador.

En cuanto a Baeza, la intervención de Vandelvira se centró principalmente en la catedral, donde realizó importantes trabajos de reconstrucción sobre la antigua mezquita. Otros edificios notables con su impronta en esta ciudad son la capilla de los Benavides en el convento de San Francisco, considerada una obra maestra (aunque parcialmente perdida tras el terremoto de 1755), y el Puente de Mazuecos sobre el río Guadalquivir, proyectado para mejorar la comunicación con Granada y otros pueblos cercanos.

La obra de Vandelvira en estas dos ciudades se caracteriza por la integración armoniosa de los edificios en el tejido urbano, creando espacios de gran belleza y funcionalidad. Su dominio de las proporciones, el uso magistral de la luz y la perfecta ejecución técnica son constantes que se repiten en cada una de sus creaciones, dotándolas de una personalidad inconfundible.

Es precisamente este conjunto excepcional de edificios lo que ha convertido a Úbeda y Baeza en destinos imprescindibles para los amantes del arte y la arquitectura, y en testimonios vivos de la genialidad de Andrés de Vandelvira. Cada calle, cada plaza, cada rincón de estas ciudades evoca la presencia del maestro y su extraordinaria capacidad para transformar la piedra en poesía arquitectónica.

Como jienense, no puedo sino recomendar encarecidamente que dediques al menos un par de días a recorrer estas dos ciudades, auténticas joyas del Renacimiento español. Pasear por la Plaza Vázquez de Molina en Úbeda o por la Plaza de Santa María en Baeza es una experiencia inolvidable que te permitirá comprender la dimensión del genio de Vandelvira.

Innovaciones arquitectónicas y aportaciones técnicas

Una de las contribuciones más significativas de Andrés de Vandelvira a la arquitectura española fue la introducción y el perfeccionamiento de soluciones constructivas innovadoras que revolucionaron el panorama arquitectónico de su tiempo. Entre estas aportaciones, destaca especialmente la bóveda vaída o de pañuelo, un tipo de cubierta que Vandelvira utilizó magistralmente en muchas de sus obras.

La bóveda vaída, también conocida como "bóveda de pañuelo", es un tipo de bóveda que resulta de seccionar un hemisferio con cuatro planos verticales cuyas trazas en planta corresponden al cuadrado inscrito en la circunferencia base de dicho hemisferio. Recibe el nombre popular de "bóveda de pañuelo" por su parecido con la forma inversa a la que adquiere un pañuelo mojado colgando de sus vértices. En la bibliografía anglosajona se la denomina "sail vault" o "sail dome" ("bóveda de vela" o "cúpula de vela"), siendo en este caso la analogía formada a partir de la forma de una vela de barco cuadrada inflada por el viento.

Si bien este tipo de bóveda ya había sido introducido en forma de galerías o naves por Filippo Brunelleschi, en España fue usada primeramente por Vandelvira, quien la perfeccionó y la convirtió en uno de los elementos más característicos de su repertorio arquitectónico. Posteriormente, este tipo de cubierta sería ampliamente utilizada en edificios de época barroca.

Además de la bóveda vaída, Vandelvira desarrolló otras ingeniosas soluciones constructivas, como los balcones esquinados o puertas esquinadas, que demuestran su profundo conocimiento de la estereotomía, es decir, del arte de cortar la piedra para obtener piezas con formas específicas que luego se ensamblan en complejas estructuras arquitectónicas.

El dominio de estas técnicas constructivas no habría sido posible sin una sólida formación teórica. Vandelvira era un hombre de gran cultura que conocía los tratados más famosos de la época y los puso en práctica gracias a los mecenas que encontró, principalmente en la provincia de Jaén. Su hijo, Alonso de Vandelvira, contribuyó a la difusión de estas innovaciones técnicas a través de su libro "Libro de cortes de piedra", que ayudó a que fuera conocida la obra de su padre.

Es precisamente esta combinación de conocimiento teórico, dominio técnico y sensibilidad artística lo que convierte a Vandelvira en una figura excepcional dentro del panorama arquitectónico del Renacimiento español. Sus innovaciones no solo transformaron los edificios que proyectó, sino que influyeron de manera decisiva en la evolución de la arquitectura española, dejando un legado que perdura hasta nuestros días.

Otras obras destacadas en la provincia de Jaén

Además de los monumentos ya mencionados en Úbeda, Baeza y la capital, Andrés de Vandelvira dejó su impronta en numerosas localidades de la provincia de Jaén, configurando un extenso patrimonio arquitectónico que constituye uno de los conjuntos renacentistas más importantes de España.

En Villacarrillo, además de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, Vandelvira proyectó y construyó el palacio de los Millán Valderrama, donde llegó a residir durante algún tiempo. En esta localidad fundó también una capellanía a favor de su hijo, el presbítero y licenciado Pedro de Vandelvira, acopiando allí la mayor parte de su patrimonio.

En Cazorla, el arquitecto construyó la iglesia de Santa María sobre el río Cerezuelo, creando una original plataforma sobre una bóveda que aún puede visitarse. Esta singular solución arquitectónica, que permite que el edificio se asiente sobre el cauce del río, es un ejemplo más de la genialidad y el atrevimiento técnico de Vandelvira.

Otra obra destacada en la provincia es el Puente Ariza sobre el río Guadalimar, considerado una obra cumbre de la ingeniería civil de Vandelvira. Financiado por el Obispo de Jaén, Diego de los Cobos de Molina, este puente de 99,5 metros era vital para la comunicación entre Úbeda y La Peñuela.

En Sabiote, Vandelvira participó en diversas obras, entre las que destacan las intervenciones en la Casa-Palacio de los Melgarejo y el Barrio del Albaicín, que forman parte de la denominada "Ruta del Renacimiento Andrés de Vandelvira".

También dejó su huella en Canena, otra de las localidades incluidas en la mencionada ruta, así como en La Guardia de Jaén, donde intervino en el Antiguo Convento de Santo Domingo.

Todas estas obras, dispersas por la geografía jienense, componen un rico mosaico arquitectónico que permite apreciar la evolución estilística de Vandelvira y su extraordinaria capacidad para adaptar sus diseños a las necesidades específicas de cada encargo, ya se tratara de edificios religiosos, civiles o infraestructuras.

Es precisamente esta diversidad tipológica, unida a la coherencia estilística y a la excelencia técnica, lo que convierte el legado de Vandelvira en un conjunto excepcional dentro del patrimonio arquitectónico español y justifica plenamente su consideración como uno de los mayores exponentes del Renacimiento en nuestro país.

La ruta de Vandelvira: un viaje por el Renacimiento jienense

Para los amantes de la arquitectura y la historia, la provincia de Jaén ofrece la posibilidad de realizar un fascinante recorrido por las principales obras de Andrés de Vandelvira a través de la denominada "Ruta del Renacimiento Andrés de Vandelvira". Esta iniciativa turística surgió a propuesta de la Asociación para el Desarrollo Socioeconómico de La Loma y Las Villas, con el objetivo de elaborar un proyecto atractivo y único en la geografía española que pusiera en valor la obra de este genial arquitecto.

La ruta, que incluye los municipios de Sabiote, Úbeda, Baeza, Canena y Villacarrillo, permite conocer algunos de los edificios civiles, religiosos y militares más importantes del Renacimiento español, en el corredor artístico que une estas localidades. Además, invita al visitante a descubrir y disfrutar de los parajes de singular belleza que se esconden tras un paisaje dominado por un mar de olivos.

Este proyecto es el resultado del esfuerzo conjunto de cinco ayuntamientos que, con la colaboración financiera de la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Turismo y Deporte, y de la Diputación Provincial de Jaén, pusieron en marcha un "Plan de Actuaciones Turísticas en la Zona". El objetivo primordial de este plan es la renovación urbana y la revalorización del patrimonio de los municipios participantes.

A esta iniciativa se suma otra desarrollada en Alcaraz, ciudad natal de Vandelvira, denominada "Andrés de Vandelvira. De principio a fin". Este proyecto busca dinamizar cuatro espacios patrimoniales de la ciudad: la Puerta del Alhorí (única obra de juventud que se conserva), la capilla de San Sebastián de la iglesia de la Trinidad (su obra póstuma), la Lonja de la Regatería (donde trabajó como cantero) y la Torre del Tardón, una de las dos icónicas torres que presiden la Plaza Mayor de Alcaraz.

Lo interesante de este conjunto de iniciativas es que permiten apreciar la evolución del estilo de Vandelvira a lo largo de su carrera, desde sus primeras obras hasta sus creaciones más maduras. Según destacan Lucia Fernández y Soledad Torres, responsables de la Agencia Cultural y Turística Sierra de Alcaraz, "en ningún otro lugar como Alcaraz están representadas las diferentes etapas del trabajo de este arquitecto: juventud, madurez y etapa final".

Como jienense que ha recorrido esta ruta en múltiples ocasiones, puedo asegurar que constituye una experiencia única para comprender la magnitud del genio creativo de Vandelvira y su impacto en nuestra tierra. Te recomiendo dedicar al menos tres o cuatro días para recorrerla con calma, disfrutando no solo de los monumentos, sino también de la gastronomía y el paisaje que las rodea.

Consejos prácticos para visitar las obras de Vandelvira

Si estás planeando un recorrido por las principales obras de Andrés de Vandelvira en la provincia de Jaén, te ofrezco algunos consejos prácticos basados en mi experiencia:

  1. Planifica tu ruta: Las obras de Vandelvira se encuentran dispersas por varias localidades de la provincia, por lo que te recomiendo organizar bien el itinerario. Una buena opción es establecer como bases Úbeda y Jaén capital, desde donde podrás desplazarte a las demás localidades.
  2. Dedica tiempo suficiente: Para apreciar en detalle el legado de Vandelvira, te sugiero destinar al menos tres o cuatro días a tu recorrido. Un día para Úbeda, otro para Baeza, uno para Jaén capital y otro para visitar localidades como Villacarrillo, Sabiote o Cazorla.
  3. Contrata visitas guiadas: En las principales localidades existen servicios de guías especializados que te ayudarán a comprender mejor los detalles arquitectónicos y el contexto histórico de cada edificio. En Úbeda y Baeza hay varias empresas que ofrecen recorridos centrados en la arquitectura renacentista.
  4. Verifica horarios de visita: Muchos de los edificios tienen horarios restringidos, especialmente las iglesias y catedrales. Te recomiendo consultar previamente los horarios de apertura y si existen visitas organizadas con horarios específicos.
  5. Mejor temporada para visitar: La primavera y el otoño son las épocas ideales para recorrer la provincia, evitando así el intenso calor del verano y el frío del invierno. Además, podrás disfrutar del paisaje del olivar en su máximo esplendor.
  6. Transporte: Aunque existe transporte público entre las principales localidades, te recomiendo disponer de vehículo propio para mayor flexibilidad, especialmente si quieres visitar pueblos menos accesibles como Cazorla o Villacarrillo.
  7. Alojamiento: Tanto Úbeda como Baeza y Jaén cuentan con una excelente oferta hotelera, incluyendo paradores y hoteles boutique ubicados en edificios históricos que complementarán perfectamente tu experiencia renacentista.
  8. Complementa con gastronomía: Aprovecha tu visita para degustar la excelente gastronomía jienense, con el aceite de oliva virgen extra como protagonista indiscutible. Cada localidad tiene sus especialidades propias que merecen ser probadas.
  9. Lleva calzado cómodo: Muchas de las localidades tienen calles empedradas y cuestas pronunciadas, por lo que un buen calzado te hará la visita más agradable.
  10. Documentación previa: Antes de tu visita, te recomiendo leer sobre la vida y obra de Vandelvira para apreciar mejor la importancia de cada edificio en su trayectoria profesional.

El legado e influencia de Vandelvira en la arquitectura española

La influencia de Andrés de Vandelvira trasciende ampliamente los límites geográficos y temporales de su obra. Su legado arquitectónico no solo transformó el paisaje urbano de numerosas localidades jienenses, sino que marcó profundamente la evolución de la arquitectura española, tanto en la península como en las colonias americanas.

Vandelvira consiguió sintetizar en su obra las influencias italianas del Renacimiento con la tradición constructiva española, creando un lenguaje arquitectónico propio caracterizado por la claridad estructural, la sobriedad decorativa y la perfección técnica. Este estilo personal, que alcanzó su máxima expresión en la Catedral de Jaén, se convirtió en referente para generaciones posteriores de arquitectos.

La Catedral de Jaén, considerada unánimemente como su obra maestra, ejerció una notable influencia en numerosos templos catedralicios, especialmente en Hispanoamérica. Su planta, su disposición espacial y sus soluciones constructivas fueron imitadas en diversas catedrales mexicanas y colombianas, extendiendo así el legado de Vandelvira al otro lado del Atlántico.

En España, su influencia se dejó sentir especialmente en Andalucía Oriental, donde su concepción espacial y sus innovaciones técnicas, como la bóveda vaída, fueron ampliamente adoptadas. Arquitectos posteriores, como Alonso Barba, Juan de Aranda Salazar o Eufrasio López de Rojas, continuaron y desarrollaron sus planteamientos, asegurando la pervivencia de su legado.

El reconocimiento de la importancia histórica y artística de la obra de Vandelvira ha ido creciendo con el tiempo. En 1931, la Sacra Capilla del Salvador fue declarada monumento histórico-artístico, y en 2003, los conjuntos monumentales renacentistas de Úbeda y Baeza fueron inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, consolidando así su proyección internacional.

Hoy en día, la figura de Andrés de Vandelvira es objeto de estudio en universidades y escuelas de arquitectura de todo el mundo, y sus obras continúan atrayendo a investigadores, estudiantes y turistas interesados en el Renacimiento español. Su capacidad para conjugar belleza y funcionalidad, su dominio técnico y su sensibilidad artística lo convierten en un referente ineludible dentro de la historia de la arquitectura española y universal.

Preguntas frecuentes sobre Andrés de Vandelvira

¿Dónde nació exactamente Andrés de Vandelvira?

Andrés de Vandelvira nació en Alcaraz, una localidad de la actual provincia de Albacete, alrededor del año 1505.

¿Es cierto que era hijo de otro arquitecto llamado Pedro de Vandelvira?

Durante mucho tiempo se creyó que era hijo del también arquitecto Pedro de Vandelvira, pero investigaciones recientes han demostrado que esto fue un error histórico. El autor Martín Jimena Jurado confundió el nombre de Andrés por el de Pedro, por lo que Pedro de Vandelvira nunca existió.

¿Cuál fue su primera obra importante?

Con 21 años ya estaba realizando diversas obras cerca de su ciudad natal, como las obras del Castillo de Uclés. En 1531 se le encargó la construcción del alhorí (granero público) en Alcaraz, conocido como la Puerta del Alhorí, que es la única obra de juventud que se conserva.

¿Por qué se trasladó a la provincia de Jaén?

Vandelvira se trasladó a la provincia de Jaén en los primeros años de la década de 1530 porque la región estaba en pleno auge y solicitaron sus servicios debido a la gran calidad y estilo de sus obras.

¿Cuál es considerada su obra maestra?

La Catedral de Jaén es considerada unánimemente como su obra maestra. Vandelvira fue nombrado maestro mayor de la catedral y de la diócesis en 1553, lo que le permitió proyectar esta pieza excelsa del Renacimiento español.

¿Qué innovaciones arquitectónicas aportó Vandelvira?

Entre sus principales innovaciones destaca la introducción de la bóveda vaída o de pañuelo en España, así como otras ingeniosas soluciones constructivas como los balcones esquinados o puertas esquinadas. Su dominio de la estereotomía (el arte de cortar la piedra) fue excepcional.

¿Existe alguna ruta para visitar sus principales obras?

Sí, existe la "Ruta del Renacimiento Andrés de Vandelvira", que incluye los municipios de Sabiote, Úbeda, Baeza, Canena y Villacarrillo. También en Alcaraz hay un proyecto llamado "Andrés de Vandelvira. De principio a fin" que pone en valor su legado.

¿Cuántos hijos tuvo Vandelvira?

Andrés de Vandelvira se casó con Luisa de Luna, natural de Villacarrillo, con quien tuvo siete hijos. Uno de ellos, Alonso de Vandelvira, escribió un libro titulado "Libro de cortes de piedra", que ayudó a difundir la obra de su padre.

¿Cuándo y dónde murió?

Andrés de Vandelvira falleció en Jaén en 1575, a los 70 años aproximadamente.

¿Qué reconocimientos han recibido sus obras?

La Sacra Capilla del Salvador fue declarada monumento histórico-artístico en 1931, y en 2003, los conjuntos monumentales renacentistas de Úbeda y Baeza, que incluyen numerosas obras de Vandelvira, fueron inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

El arquitecto Vandelvira: un legado eterno para Jaén

Como jienense enamorado del patrimonio de mi tierra, no puedo sino sentir un profundo orgullo por el extraordinario legado que Andrés de Vandelvira dejó en nuestra provincia. A través de este extenso recorrido por su vida y obra, hemos podido apreciar la dimensión colosal de su genio creativo y la huella indeleble que sus creaciones han dejado en el paisaje urbano de numerosas localidades jienenses.

Desde la majestuosa Catedral de Jaén hasta la emblemática Sacra Capilla del Salvador de Úbeda, pasando por los numerosos palacios, iglesias y edificios civiles que proyectó, cada obra de Vandelvira es un testimonio de su excepcional talento y de su capacidad para conjugar belleza y funcionalidad, tradición e innovación. Su profundo conocimiento técnico, materializado en soluciones constructivas tan brillantes como la bóveda vaída, y su refinada sensibilidad estética, plasmada en la armonía y equilibrio de sus composiciones, lo sitúan por derecho propio entre los más grandes arquitectos del Renacimiento español y europeo.

Pero más allá de su indudable valor artístico e histórico, el legado de Vandelvira tiene hoy una importancia crucial como motor de desarrollo cultural y turístico para nuestra provincia. La "Ruta del Renacimiento Andrés de Vandelvira" no solo permite conocer y disfrutar de sus principales creaciones, sino que contribuye a la dinamización económica de las localidades incluidas en ella, generando riqueza y oportunidades para sus habitantes.

Te invito a que descubras por ti mismo la genialidad de este arquitecto excepcional recorriendo las calles de Úbeda, Baeza, Jaén y tantas otras localidades donde su talento quedó plasmado en piedra para la eternidad. Estoy convencido de que, como me ocurrió a mí, quedarás fascinado por la perfección de sus creaciones y comprenderás por qué Andrés de Vandelvira merece ser considerado uno de los más extraordinarios artífices del Renacimiento español y un motivo de legítimo orgullo para todos los jienenses.

El arquitecto Andrés de Vandelvira no solo transformó el paisaje urbano de nuestra provincia, sino que le otorgó una identidad arquitectónica única, un sello distintivo que ha trascendido los siglos y continúa maravillando a cuantos lo contemplan. Su legado es, sin duda, uno de los mayores tesoros culturales de Jaén y una de las contribuciones más valiosas de nuestra tierra al patrimonio universal.

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